Vendimiado a mano, pisado con raspón, fermentación espontánea con levadura indígena del viñedo y la bodega, y criado en “cubetos” viejos de roble. Una vuelta a los orígenes del Bierzo, en el que se mezclan uvas tintas y blancas de viñedos viejos. Su etiqueta –un joven que bebe en porrón– es la imagen que vincula tradición y modernidad, una metáfora de lo que representa esta bodega y sus 20 años de trabajo para posicionar los vinos de calidad de El Bierzo en lo más alto.
Tinto ligero de color púrpura, nariz perfumada de frutas silvestres, violeta y regaliz con gusto sabroso, refrescante y de trago largo
Marida con gente campechana y divertida… y con todo tipo de platos, desde un tradicional potaje de berzas hasta una refinada receta nikkei. Disfrútalo fresco (10-12°C), ya sea en copa, chato o porrón, pero sobre todo en buena compañía.